martes, 16 de agosto de 2011

Para saber liderar un equipo…


Había que hacer un trabajo muy importante y “Cada uno” estaba seguro de que “Alguien” lo haría.
Cualquiera” pudo haberlo hecho, pero “Ninguno” lo hizo. “Alguien” se disgustó por eso, ya que el trabajo era de “Cada uno”.
Cada uno” pensó que “Cualquiera” podría hacerlo, pero “Ninguno” se dio cuenta que “Cada uno” lo haría.
En conclusión, “Cada uno” culpó a “Alguien” cuando “Ninguno” hizo lo que “Cualquiera” podría haber hecho.
(Anónimo).

Mientras pensaba en cómo organizar las ideas para escribir este artículo sobre el trabajo en equipo y leyendo el periódico el pasado fin de semana, me fijé en  las ofertas de trabajo que venían en los clasificados.

Empresas como bancos, hospitales, consultoras, industrias y hoteles  ofrecían vacantes para realizar las más variadas tareas: de tipo administrativo, comercial, de producción, de logística, de dirección, etc.

Lo curioso y significativo es que encontré un denominador común entre las exigencias de los oferentes: los candidatos deberían tener dotes para liderar y trabajar en equipo.

Es por ello que este artículo estará dedicado a los primeros, a quienes deseen conocer y apropiar habilidades de todo tipo para ejercer un liderazgo positivo en su organización, y se convierta en la guía para que su equipo alcance los objetivos trazados.

Cuando queremos manejar un grupo (entendiendo por esto el dar el control y las líneas pertinentes para que el mismo se desempeñe íntegramente) lo primero que se debe hacer es distinguir muy bien cuál es la razón de ser de esa unión, cuál es la intención de tener ese equipo y no otro, para qué se escogió a esos miembros y no a otros. Esto con el fin de establecer las acciones pertinentes y la forma de empoderarlos, para llegar a un resultado extraordinario.

Un director debe garantizar que al grupo le queda muy claro cuál es la ganancia colectiva, y para ello, es necesario tener habilidades comunicativas muy bien desarrolladas por parte del líder.

El director es un miembro más del equipo, por lo tanto, debe comportarse como tal. Los grupos son sistemas en los cuales todas sus partes se relacionan y co – existen para alcanzar sus metas. ¿Qué puede afectar el desempeño de una colectividad?  El que las intenciones particulares no estén alineadas con las colectivas. 

En esa medida, el líder debe velar por que su equipo interactúe en total sintonía. Es importante buscar canales de comunicación específicos con cada uno de los miembros y no intentar  que el mensaje llegue en masa y de la misma manera a todos ellos. Para ello, puede asegurarse de que está utilizando las tres vías a través de las cuales las personas perciben el mundo: los canales visual, auditivo y kinestésico.

Otra labor será entonces escuchar muy bien a su grupo (verbal y no verbalmente). Comprenda muy bien sus expresiones, sus tonos al hablar, y las intenciones con las que dicen y hacen las cosas.

Cada individuo tiene unas cualidades, una experiencia, una forma de ser. Si se impone el hecho de que una persona desempeñe funciones para las que no está preparado o inclinado, es posible que su rendimiento sea mediocre o desastroso.

Por último, no olvide retroalimentar muy bien el proceso a la luz del equipo. Reconozca los logros y haga saber las falencias (si las hay). Ser consciente de ese aspecto hará la diferencia en el ambiente, en los resultados, en las posibilidades de crecimiento y en el éxito de cada una de las personas de su organización.

Ricardo Gómez.

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que logre lo que quiere.

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