martes, 28 de junio de 2011

Ahora o nunca: al filo de la oportunidad

Hace algunos días tuve la fortuna de tener acceso a esta historia extraordinaria que hoy quiero compartir con ustedes. Fue escrita por Diego Fernando Gómez y los elementos que contiene se relacionan con la mayoría de los temas que he abordado en los artículos de este blog.

Recuerde que la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida son tres cosas que jamás vuelven atrás en la vida. Hoy lo invito a que reflexione sobre esta historia y me cuente cómo son sus resultados luego de leerla.


“El tigre cansado de esperar a su presa y en vista de que llevaba varios días sin cazar, optó por esperar bajo la sombra de un árbol a que pasara un suculento cervatillo. Pasaron horas enteras y no hubo indicios de ningún animal para cazar… así pasaron días completos.

Exhausto por la espera y con escasas energías por su ayuno, entró en un profundo sueño. Mientras dormía no percató que una manada entera de siervos pasó por su lado aprovechando que el felino dormía plácidamente.

Al despertar vio una gran cantidad de huellas alrededor del árbol en el que descansaba y concluyó que lo que más había esperado se había ido de sus manos. Se lamentó por haber dejado escapar esa gran oportunidad, y acto seguido se mentalizó que debía alinear sus actos con sus necesidades, se programó para ser un gran cazador y no permitirse más fracasos por su falta de decisión.

Así, el tigre ayudado por su felino inconsciente y retando a su inteligencia, logró su objetivo, ser un excelente cazador, sagaz en los momentos más oportunos y letal a la hora de lograr su meta de alimentarse y volver a ser el animal peligroso y temido que siempre fue”.


Acepte los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. El hombre que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a serlo, aseguró alguna vez el empresario y escritor estadounidense Dale Carnegie.

Ricardo Gómez.

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.

lunes, 27 de junio de 2011

¡Siéntase como un superhéroe!

¿Recuerda como de niño se emocionaba viendo superhéroes en historietas o cómics y soñaba ser como ellos? Se imaginaba volando por la ciudad como ‘Superman’, disfrazado de murciélago luchando contra el crimen como ‘Batman’ o corriendo a la velocidad sobrehumana de ‘Flash’.

Cuando yo era muy pequeño y vi por primera vez Superman, su banda sonora me causó un gran impacto. Y fue tan grande la huella que dejó en mí que cada vez que la escucho cada una de las células de mi cuerpo se llenan de ganas de sentirme como un superhéroe.

La banda sonora de Superman fue especialmente diseñada por el reconocido compositor John Williams, ganador de cinco premios Óscar y nominado en 45 ocasiones por la Academia. En una entrevista Williams aseguró que procuró componer la música para que fuera “heroica, grande y operística sin llegar a ser seria”. Sin lugar a dudas, lo logró.

Cada vez que he enfrentado una situación complicada he recurrido a escuchar esa banda sonora e inmediatamente mi desempeño ha mejorado, disparando esa ancla, sintiéndome como de otro planeta. En Programación Neurolingüística, el anclaje consiste en un estímulo que permite revivir una experiencia sensorial gratificante la cual le proveerá al inconsciente las herramientas para que él logre resultados extraordinarios.

Cuando la gente que entreno se acerca a preguntarme cómo lograr estar siempre en alto desempeño, le recomiendo que cada uno encuentre su propia ancla. ¿Cómo hacerlo? Acuérdese de algún momento de su vida en el que se sintió infinitamente extraordinario, es decir, lleno de vida, de placer y desbordante de alegría.

Trayendo a colación ese recuerdo memorable, y mientras lo vive intensamente de nuevo, asocie esas emociones con un estímulo externo: una palabra empoderadora, una imagen o una sensación táctil. Se empezará a sentir diferente.

Si no logra identificar con facilidad ese momento o encontrar el estado ideal para lograr resultados extraordinarios, no se preocupe. Usted contará con múltiples opciones como preguntarse quién habrá solucionado antes una situación complicada similar y actuar exactamente igual como actuaría esa persona.

Si no conoce a nadie que haya logrado sortear momentos difíciles pero recuerda a un personaje de alguna película u obra de teatro que logró enfrentar una situación parecida, asuma el rol de ese personaje o invéntese los recursos partiendo de la experiencia de varios personajes.

Si nunca ha enfrentado un problema o un proyecto de gran magnitud es el momento de llenarse de los recursos que necesita su inconsciente para poder solucionar una situación o enfrentar un nuevo reto.

Recuerde que es muy importante que tenga un factor motivador. No importa si la situación que esté viviendo no lo motiva, las ganancias que hay detrás de su resultado si deben hacerlo.

Si las ganancias tampoco lo motivan, pregúntese qué es lo peor que puede pasar si no logra ese resultado. Tal vez imaginarse ese escenario sí lo motive. Si es así, sentirá cómo su inconsciente quiere actuar inmediatamente para el logro del objetivo. Si no, definitivamente está ahogándose en un vaso de agua pues está intentando solucionar algo que no le genera valor.

Vuélvase un niño al momento de aprender para aplicarlo sin ningún prejuicio y concéntrese absolutamente en el resultado.

Ricardo Gómez.

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a
ricardo@evolvo.info cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.

viernes, 24 de junio de 2011

¡No se crea tan importante!

En ocasiones cuando escucho frases como “soy el hombre más de malas del mundo”, “a nadie le puede pasar algo peor de lo que me pasó a mí” o “eso no es nada, yo tengo un problema peor”, me parece estar viendo al humorista boyacense Francisco Javier Fuentes Fernández, el actor que interpreta al pobre “Pacho sin fortuna” en el programa Sábados Felices.

Al álter ego de Francisco Fuentes ‘Pacho sin fortuna’ nada le sale bien, está totalmente convencido de que tiene la suerte que merece y no entiende por qué la vida le da tantas cosas pero se las quita al final.

Pensando en Pacho me pregunto ¿por qué la gente se cree tan importante para pensar que el universo se confabula totalmente en contra suya? Si bien es cierto que gracias a la física cuántica y al poder de la mente podemos estar conectados con cualquier persona en el mundo, eso no significa que todas las personas en el universo puedan estar conspirando en su contra.

El hecho de que usted haya tenido un resultado negativo, no tiene que ver con un complot universal, si no con el mal diseño del escenario, el proceso de resultados, la programación, las acciones y las emociones que lo llevaron a ese resultado no deseado. Inconscientemente usted lo planeó así.

Si se siente identificado con alguna de esas frases del inicio de este artículo, deje de pensar que es tan importante como para que el mundo entero crea que usted deba ser de verdad de malas. Lo único que debe hacer es ser usted mismo, sintiéndose, viéndose y oyéndose igual a los demás.

De ahora en adelante va a ser consciente de que usted es el propietario de sus resultados, será quien los diseña, planea y decide que quiere que pase.

Deberá asumir una posición de ganancia todo el tiempo. En lugar de decir “soy el hombre más de malas del mundo”, pregúntese para qué le habrá pasado eso y va a ver como el universo si va a confabularse a favor suyo, proveyéndole recursos para que usted logre lo extraordinario.

En trading ese universo del que le hablo es el mercado, él siempre está brindándole oportunidades, depende del trader ver dónde están, saber qué quiere que le pase dentro de ese mercado y ser o no ser el hombre más exitoso del mundo, por ejemplo.

Ricardo Gómez.

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lunes, 20 de junio de 2011

¿Buscando una retroalimentación efectiva?

Típicamente en nuestro contexto cuando finaliza un proyecto o un mes de trabajo, quien está a cargo evalúa el resultado final y se olvida por completo de qué fue lo que se hizo y cómo se logró. Ignacio Bossi - entrenador de liderazgo y negociación de la Universidad del CEMA en Argentina - utiliza una interesante analogía para explicar la importancia de los procesos de retroalimentación o feedback en todas las áreas de la vida.

Bossi señala que “cuando se trata de conducir un barco, la función del piloto es corregir la tendencia natural del barco a desviarse del rumbo establecido para el viaje. El viento, las olas, las corrientes del océano y los defectos del casco del barco contribuyen a hacerlo desviar del rumbo que debería tener. El piloto utiliza diversos instrumentos y recursos: ayudas portuarias, brújulas y seguimiento satelital, que le permiten re-establecer el rumbo”.

Al igual que en la navegación, el comportamiento y las relaciones humanas requieren de la retroalimentación para mejorar la efectividad de las mismas.

Durante mi experiencia como coach le he sugerido a mis coachees (entrenados) que una vez lleguen a sus resultados elaboren estas tres listas que les ayudarán a retroalimentarse efectivamente.

La primera lista deberá consagrar todas las cosas que usted hizo muy bien, independientemente si su resultado fue deseado o cercano al deseado. Recuerde que un resultado no deseado no implica un proceso mal hecho, hay cosas que pudieron funcionar  bien, sin embargo no lo llevaron al resultado esperado.

En la segunda lista usted escribirá las cosas que dejó de hacer. Es decir, pregúntese si hubiera hecho esto o aquello ¿qué hubiese cambiado? Cuando usted determina qué dejó de hacer a partir de la palabra “hubiera”, su inconsciente va a encontrar señales que lo llevarán a la certeza o a la duda. Si la certeza lo acompaña, cuando usted experimente una situación similar va a hacer los ajustes y lograr su resultado.

Una vez escrito lo que hizo muy bien y lo que dejó de hacer, va a hacer una tercera lista señalando qué habría podido hacer mejor. Finalizada esta última, usted tendrá en sus manos una herramienta efectiva para retroalimentarse, la cual le garantizará conocer sus puntos débiles y fuertes para hacer los ajustes respectivos.

No olvide que Albert Einstein, considerado como el científico más importante del siglo XX dijo alguna vez “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Anímese a ejecutar estas tres listas, las cuales le ayudarán a fomentar su productividad, generar confianza y seguridad, mejorar habilidades de comunicación, generar valor a otros y aumentar su credibilidad.

Ricardo Gómez.

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viernes, 17 de junio de 2011

Pregúntese para qué en lugar de por qué

¿Recuerda cómo de niño miraba asombrado el mundo y quería saber todo acerca de éste? Le encantaba preguntarse el porqué de las cosas, tal como hace cientos de años lo hicieron los filósofos y hasta formulaba preguntas embarazosas que hacían sonrojar a sus padres.

Linda Elder, psicóloga educacional y Richard Paul, líder principal en el movimiento internacional del pensamiento crítico, autores del libro “El arte de formular preguntas esenciales” consideran que cuando tomamos control de nuestro pensamiento lo hacemos mediante las preguntas. Ellas definen tareas, expresan problemas, delimitan asuntos e impulsan el pensar hacia adelante.

Comúnmente cuando las personas no logran un resultado deseado siempre se preguntan ¿por qué? en lugar de ¿para qué? Lo que pocos saben es que preguntarse por qué obliga a su inconsciente a buscar información en el pasado para poder actuar hacia el futuro. Es decir, hay una falsa creencia de que si encuentra por qué sucedieron las cosas, muy seguramente lo va a evitar a largo plazo. Sin embargo, casi nunca es así.

Cuando usted formula ese tipo de pregunta es muy probable que surjan las excusas: enemigas de éxito y de los resultados. Las excusas sitúan la culpabilidad fuera de la persona misma, son motivos o pretextos que se invocan para eludir una obligación o disculpar una omisión.

No se nos educa para que aprendamos a preguntar, es más, nunca nos enseñaron a preguntar para qué. Cuando se es niño, los por qué funcionan muy bien para aprender cómo funciona el mundo. Para Ken Robinson, experto en creatividad, los niños toman riesgos porque no tienen miedo a equivocarse, tienen esa ingenuidad plena que los lleva a preguntar sólo para aprender, jamás para entender una situación, emitir un juicio o sacar una conclusión.

Por lo contrario, cuando somos adultos nos preguntamos por qué para encontrar culpas, causas, causantes o a quien señalar en función de escudar en una tercera persona lo que no pudimos lograr.

La pregunta para qué le dará un mensaje contundente a su inconsciente para que piense hacia futuro y encuentre cuál es el paso hacia adelante. Muy diferente a la pregunta por qué, que busca explicar la razón de una situación que se presentó.

Lo invito a que a partir de ahora reemplace todos sus porqué por esta pregunta empoderadora: ¿para qué?, la cual lo llevará a ver las intenciones que hay detrás de la acción que ejecuta y las ganancias que puede obtener. Recuerde que es muy importante que usted le dé una respuesta a sus para qué, la cual vendrá acompañada de sensaciones de seguridad y confianza que le ayudarán a lograr resultados extraordinarios.

Ricardo Gómez.

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lunes, 13 de junio de 2011

Tres pilares para lograr resultados bien formados

El reconocido entrenador Anthony ‘Tony’ Robbins, famoso por ser coach personal de grandes figuras en diferentes ámbitos asegura que hay un motor poderoso dentro de cada ser humano que, una vez liberado, puede hacer realidad cualquier visión, sueño o deseo.

En el artículo “7 pasos para lograr resultados bien formados” explicamos cómo su resultado es iniciado y manejado sólo por usted y como siempre hay más de un camino para lograr lo que se propone. Hoy hablaremos de los tres pilares fundamentales que nos propone Robbins para que sus resultados sean contundentemente, resultados extraordinarios.

El primer pilar consiste en tener definido lo qué quiere, para qué lo quiere y las ganancias que va obtener una vez logre el resultado que busca. Enfóquese en qué es lo más atractivo. Hágalo tan emocionante y motivante que cada vez que se levante en la mañana quiera transformar esa área de su vida.

Es algo así como el ejemplo de Steve Jobs en su discurso en la Universidad de Stanford, cuando decía que si se levantaba y frente al espejo se preguntaba
Si fuera el último día de su vida ¿querría hacer lo que estaba a punto de hacer?, cada vez que la respuesta era un “NO” por varios días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.

Recuerde que ese primer pilar debe estar alineado con su propósito de vida, es decir, su misión, esa que le permitirá generar compulsivamente valor a otros. Jamás defina sus objetivos por obligación. Defínalos porque usted cree que le va a generar múltiples ganancias que le producirán placer.

Una vez ha definido ese gran objetivo que está alineado con sus intereses de vida, el segundo pilar es encontrar las herramientas adecuadas: el mapa y el mentor. Robbins asegura que “usualmente el mapa cambia pero el mejor mentor (coach), conoce los atajos o sabe cuándo el camino ha cambiado”. Para él no importa la fe o el entusiasmo que usted tenga. Si tiene las herramientas equivocadas, tiene la estrategia equivocada.

Imitar a alguien que ya es exitoso y modelarlo, es decir apropiarse de sus buenos hábitos como lo hizo cuando era niño con sus padres, es un excelente complemento. No olvide que la base proviene de lo que otros han hecho. ¿Para qué inventar la rueda si ya alguien lo hizo?

El éxito deja huellas, encuentre al mejor, mire qué está haciendo y hágalo. Halle su estilo, pero empiece con lo que ya ha funcionado.

El tercer pilar es igual de importante a los dos anteriores. De nada sirve tener un gran objetivo formulado y las herramientas para ello, si se mantiene incongruente, es decir, no alineado con sus objetivos desde lo que piensa, actúa o siente. Cada vez que actúa incongruentemente su inconsciente le va a enviar diferentes señales (incomodidad, ansiedad, dolores, angustias) que sólo usted va a poder entender, identificar y describir.

Resuelva 100% sus conflictos internos y recuerde que 80% del éxito en cualquier cosa es psicología y 20% es mecánica. Cuando usted tiene conflictos internos avanza dos pasos y retrocede tres.

Para liberarse de la incongruencia debe tener total claridad en qué es lo más importante para usted y alinear su vida con lo que realmente valora.

Ricardo Gómez.

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sábado, 11 de junio de 2011

El arte de persuadir

¿Alguna vez llegó a pensar que no podía lograr algo porque no era capaz o porque le quedó grande lo que se propuso? Hay una herramienta contundente para lograr rápidamente resultados, se conoce como persuasión y no es otra cosa que la habilidad de hacer que otros hagan lo que usted quiere y que juntos se beneficien de ello.

Aunque no lo notemos con facilidad la mayor parte del tiempo estamos siendo persuadidos, bien sea por los medios masivos de comunicación o por la publicidad. El matemático Blaise Pascal aseguró alguna vez que “el arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el de convencer; ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón”.

Según la psicóloga Gloria Marsellach Umbert, autora del artículo “La persuasión: el arte de comunicar bien”, los antiguos retóricos distinguían tres elementos como pilares de la persuasión: primero, el ethos, es decir, la bondad moral del mensaje y por extensión de quien actúa como fuente de información o persuasión. Segundo, el logos o los argumentos y finalmente el pathos, las emociones que dan soporte a los argumentos.

Si usted busca lograr una persuasión efectiva, el primer paso consiste en conectar su cerebro y sus cambiar hábitos de pensamiento. Reemplace frases típicas como “no puedo”, “no soy capaz”, “me quedó grande” por “si puedo”, “soy capaz”, “funcionará”.


Haga énfasis en lo positivo, eliminando lo negativo, lo anterior le ayudará a liberar endorfinas, unas
pequeñas proteínas que lo inducirán a estados de relajación, bienestar, tranquilidad, entusiasmo y buen ánimo.

Cuando pierda o no encuentre su estado trabaje en su cadena de excelencia, manipulando su respiración y controlando su fisiología. Asocie un estado con una historia personal, asumiendo la posición “yo sí puedo”.

Repase las posiciones perceptuales que trabajamos en el artículo “Juego de roles”, es decir, vea, oiga y sienta una situación desde diferentes enfoques. La primera, “usted con sus propios filtros”, la segunda, “usted jugando el papel de otra persona con quien interactúa” y la tercera, “usted en el rol de un observador que no tienen nada que ver con el proceso, pero que le puede ayudar a encontrar opciones”.

Las posiciones perceptuales le ayudarán a neutralizar sus emociones percibiendo la realidad desde diferentes enfoques, encontrará múltiples formas de hacer lo que quiere y se enfocará 100% en el objetivo.


Finalmente tenga en cuenta las 12 leyes universales para dominar la persuasión de Kurt Mortensen que mencionaré a continuación y recuerde que quien influencia no pretende cambiar actitudes, quien persuade sí, esa es la gran diferencia.


Ley de la disonancia
: La gente normalmente tiene más tendencia a seguir y a gravitar hacia las personas que son coherentes en su comportamiento.


Ley de la obligación o de la reciprocidad
: Cuando los demás hacen algo por nosotros sentimos una fuerte necesidad, incluso una presión, para devolver el favor.
Ley de la conectividad: Cuanto más conectados nos sentimos con alguien, nos gusta o nos atrae, más persuasivo nos resulta.

Ley de la validación social
: Tendemos a cambiar nuestras percepciones, opiniones y comportamientos de acuerdo y coherentemente con las normas del grupo.

Ley de la escasez
: Las oportunidades siempre son más valiosas y emocionantes cuando son escasas y están menos disponibles.

Ley del envoltorio verbal
: Cuanto más hábil sea una persona en el uso del lenguaje, más persuasiva será.

Ley del contraste
: Cuando nos presentan dos alternativas completamente distintas de forma sucesiva, en general, si la segunda opción es muy distinta de la primera, tendemos a verla incluso más diferente de lo que es en realidad.

Ley de las expectativas
: Una persona tiende a tomar decisiones en función de cómo esperan los demás que actúe.

Ley de la implicación
: Cuanto más se atraigan los cinco sentidos de alguien, cuanto más los implique mental y físicamente y cree el ambiente adecuado para la persuasión, más efectividad y persuasión conseguirá.

Ley de la valoración: Todas las personas necesitan y quieren elogios, reconocimiento y aceptación.

Ley de la asociación:
Para mantener el orden en el mundo, nuestro cerebro relaciona objetos, gestos y símbolos con nuestros sentimientos, recuerdos y experiencias vitales.


Ley del equilibrio:
A la hora de persuadir, debe concentrar su mensaje en las emociones, a la vez que mantiene el equilibrio entre la lógica y los sentimientos.

Ricardo Gómez.


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sábado, 4 de junio de 2011

Diga NO a las excusas

El filósofo y pensador francés Jean Paul Sartre dijo alguna vez “el hombre nace libre, responsable y sin excusas”. Sin embargo, típicamente en nuestro contexto, específicamente el latinoamericano, le hacemos eco al refrán que señala que “desde que se hicieron las excusas nadie queda mal”. Curiosamente, lo único que todas las excusas tienen en común es que sitúan la culpabilidad fuera de la persona misma.

Algunos dicen “es muy difícil lograr el éxito”, “no tengo dinero para alcanzar mis sueños”, “he ensayado y fracasado en repetidas ocasiones”, “no estoy destinado a triunfar” y volvemos a hacerle honor a otra frase del escritor británico William Somerset Maugham: “la gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas”.

Las excusas son motivos o pretextos que se invocan para eludir una obligación o disculpar una omisión. Cuando inventa una excusa, usted alucina sobre ella y se convence de que esa intención es real.

Comúnmente, inventa excusas para evitar algo por dos motivos. Primero, porque no tiene clara la ganancia que ese “algo” tiene y segundo, porque su inconsciente tiene una ganancia mayor al evitar el resultado, es decir, una ganancia secundaria.

No olvide estos tres consejos que le ayudarán a lograr sus resultados extraordinarios: elimine hoy mismo la palabra excusa de su léxico, comprométase y hágase responsable de sus resultados y jamás culpe a una tercera persona de lo que usted no pudo lograr.

Si su compromiso real es lograr su resultado y no lo logró, reconozca que no lo hizo y haga los ajustes pertinentes para que el ese resultado se dé. Revise paso a paso el proceso y encuentre aquello que hizo que usted no lograra lo que se propuso.

Al renunciar totalmente a formular excusas le estará dando un mensaje contundente a su inconsciente, de que usted es responsable 100% de sus resultados y que por tal motivo él no puede formular excusas.

Lo invito a que vea el video que aparece a continuación y recuerde “quien quiere hacer algo encuentra un modo, quien no quiere hacerlo siempre encontrará una excusa”.

Ricardo Gómez.

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viernes, 3 de junio de 2011

7 pasos para lograr resultados bien formados

Imagine que usted quiere lograr resultados extraordinarios en diferentes áreas de su vida como su trabajo, su familia, su pareja, sus finanzas u otro aspecto que considere relevante. ¿Qué pensaría si le digo que todo aquello que usted quiere lograr es posible? Como coach siempre le he garantizado el resultado a mis coachees (entrenados) y me he atrevido a dar ese tipo de garantía, pues siempre ha habido resultados deseados logrados.

Sin importar el tiempo que hemos tenido que trabajar han logrado contundentemente sus resultados ejecutando unos pasos que en Programación Neurolingüística se conocen como resultados bien logrados y sobre todo estando congruentes, es decir, alineados 100% con sus resultados.

Hoy lo invito a que ejecute estos siete pasos para logre los resultados que desea en cada una de las áreas de su vida:

1. Su resultado debe estar enunciado en términos positivos: Debe tener muy presente que su inconsciente nunca va a poder entender el “no”. Si formula un resultado iniciando por un “no quiero”, su inconsciente tiene que entrar a vivir eso que no quiere para poder negarlo.

2. Su resultado es iniciado y manejado sólo por usted: Usted es el propietario de su resultado. Debe ser usted quien dé el primer paso en la acción y controlar cómo va a lograrlo. Recuerde que sus resultados son suyos y no dependen de nadie más.

3. Descripción sensorial de su resultado: Valiéndose de sus sentidos va a realizar una descripción sensorial de lo que va a ver, oír, sentir, oler y saborear cuando logre su resultado. Hacer una especie de déjà vu es un muy buen ejercicio que le ayudará a anticiparse en su mente con lo que va querer sentir desde la perspectiva de sus sentidos.

Dado a las evidencias sensoriales que está formulando, su inconsciente se encargará de hacer los ajustes pertinentes en el cómo y usted formulará el qué y el para qué.

4. Siempre hay más de un camino para lograr su resultado: Recuerde que no tiene una única opción para todo, existen miles e infinitas opciones para lograr un resultado.

5. Defina su primer paso específico factible: Tan pronto defina su resultado dé el primer paso, ejerciendo su primera acción la cual debe tener un resultado contundente, medible y factible.

6. Busque la sincronía con su inconsciente: Póngase de acuerdo con su inconsciente para incrementar cada vez más las opciones, siempre dando el primer paso. Al darlo, su inconsciente se encargará de entender que eso es tan importante que debe ir encontrando más opciones.

7. Su resultado debe ser ecológico: Debe estar perfectamente alineado con toda la ecología de su entorno, es decir, con todas las áreas de su vida. Recuerde que si su resultado es ecológico su inconsciente lo va a lograr contundentemente ya que usted está siendo congruente. Si su resultado no es ecológico es muy difícil que su inconsciente llegue a lograrlo, pues si encuentra un resultado que se contrapone al otro, no puede lograr ninguno de los dos.

Para finalizar no olvide que cuando su resultado está bien formado ecológicamente hablando, claramente las opciones de resultado se deben dar.

Ricardo Gómez.


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miércoles, 1 de junio de 2011

Estar congruente o incongruente: ¡su decisión!

Muchos profesionales se preguntan por qué no logran ser exitosos en el trabajo u oficio que escogieron para sus vidas. Sin embargo, siguen en las mismas durante años y años y sólo se quejan. Lo que no saben es que la incongruencia con la que solemos actuar o tomar decisiones es la que no nos permite lograr resultados deseados. 

Es algo así como el que va al doctor para tratar su problema de sobrepeso, pero resulta que su médico pesa más de 100 kilos o quienes piensan que la salud es importante pero no dejan de fumar. ¡Todo se trata de estar congruentes!

Cada vez que actuamos incongruentemente, es decir, que no estamos alineados con los objetivos desde lo que pensamos, actuamos o sentimos, nuestro inconsciente nos va a enviar diferentes señales (incomodidad, ansiedad, dolores, angustias) que sólo cada quien va a poder entender, identificar y describir.

En Programación Neurolingüística, la incongruencia es entendida como un conflicto interior con uno mismo, es decir, dos partes enfrentadas, con intereses opuestos. Una parte interior que quiere hacer algo y otra parte que se opone totalmente a ello.

Al encontrar una dualidad, nuestro inconsciente no le va a hacer caso a ninguna de las dos. Va a buscar un resultado a partir del escenario que está viviendo, comparándolo con el resultado más parecido que haya logrado la persona en una situación similar anterior o reciente.

Inma Capo, coach y entrenadora define la congruencia como “una sensación de coherencia, veracidad, certidumbre, sinceridad, que nos proporciona nuestra fuerza interior, cuando todas nuestras partes internas están alineadas hacia un mismo objetivo, hacia un mismo fin”.

Cuando sienta señales de incongruencia es el momento de atender a su inconsciente y reevaluar lo que quiere. Jamás actúe si esas señales están activas, pues es preferible dejar pasar una oportunidad, más allá de actuar de manera incongruente. 

Deje atrás los conflictos internos y enfóquese en lo que usted quiere que pase. Su congruencia se verá reflejada en sensaciones de confianza, estabilidad, seguridad y certeza, las cuales le ayudarán a lograr contundentemente su resultado extraordinario.

Recuerde que estar congruente es algo así como “ser el director de nuestra propia orquesta: no se trata de que todos los músicos toquen el mismo instrumento, sino que todos se pongan de acuerdo en la melodía a interpretar”, dice Capo. 

Ricardo Gómez.

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