miércoles, 24 de agosto de 2011

La gracia de dar las gracias


"Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido."
(Virgilio)

“¿Qué se dice?... ¡Gracias! “ Desde pequeños nos enseñan esta palabra, pero más allá del sencillo gesto de buena educación, ‘gracias’ también significa la expresión de un sentimiento importante: el reconocimiento.

En ocasiones me he encontrado con personas que agradecen continuamente todo lo que les pasa, sin importar si es bueno o malo. A su vez, son gente que llega a ser exitosa casi que sin proponérselo, porque consideran que dar las gracias genera un valor bastante alto en el desarrollo de su cotidianidad.

Es bien importante dar las gracias por todo, independientemente del resultado que se esté logrando. Cuando usted vuelve esto un hábito y comienza a agradecer por todo lo que es, lo que tiene y lo que hace, compulsivamente, su inconsciente va a querer lograr más y más resultados. Cada vez que usted hace esto, él va a interpretarlo como una señal de premio. 

La GRATITUD produce más cosas por las que se debe estar agradecido y aumenta la abundancia. La falta de gratitud y las quejas producen tristezas, resentimientos, soledad y estancamiento.

Hay a quienes siempre les parece que hay pocas cosas buenas en su vida y no disfrutan de lo que tienen, ni se detienen a observar lo mucho menos que otros poseen. Solamente siguen quejándose, peleando y subvalorando el esfuerzo de aquellas personas que tal vez, o seguramente, son las únicas incondicionales de verdad.

Nunca agradezca sarcásticamente cuando el logro no sea lo que usted esperaba. Esto evitará frustraciones y hará que usted libere toda la energía negativa, para darle cabida sólo a cosas buenas.

Por otro lado, también es relevante aprender a recibir las gracias. En algunas reuniones que he tenido, he visto como muchas personas, cuando les agradecen por algo, dicen: “No me agradezcas, no tienes nada qué agradecerme”. En otra ocasión escuché cómo alguien decía: “Deja de agradecerme! ¡Yo no he hecho nada por ti!”.

Si alguien quiere acercarse a usted a darle las gracias, recíbalas, así usted crea que no ha hecho nada por él. Aquí lo importante no es qué tanto hizo usted, sino qué tan bien le está yendo a esa persona con lo que usted hizo. Nunca alguien le va a dar las gracias porque sí. El agradecimiento sale de manera espontánea cuando usted genera valor de cualquier manera.

Sea consciente de lo que hizo por el bienestar de aquel ser humano. Puede que no lo haya planeado o que no haya tenido intención de hacerlo; eso no importa. Agradezca compulsivamente las gracias que le dan y lo que otros hacen para que usted sea una mejor persona.

Ricardo Gómez.

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