miércoles, 13 de julio de 2011

¡Deje atrás los PEROS!

Típicamente cuando he asistido a una reunión de trabajo y he tratado de proponer nuevas ideas o he escuchado a otros intentar hacerlo, una buena parte de los asistentes a la misma aseguran que las ideas son buenas, pueden llegar a ser viables y aparecen los PEROS.

Hay una frase de Henry Ford, el fundador de la compañía de automóviles que lleva su apellido, en la que señala que “la mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos”.

Ese tipo de personas que señala Ford en su frase, no superan la barrera del pero después de decirlo. Le ponen trabas a todo y no proponen soluciones eficaces para resolver problemas. Algunos suelen decir la situación real y siempre la terminan con un gran PERO.

Comúnmente utilizan frases como “el día está bonito pero me robaron” y no oraciones como “la movilidad en Bogotá es un desastre pero me fue bien”. Fíjese que en estas dos frases la utilización del pero es totalmente diferente.

Mientras que en la primera oración, lo que viene después del pero anula totalmente la primera parte de la frase, es decir elimina lo positivo haciendo énfasis en lo negativo de la misma. En la segunda oración sucede todo lo contrario.

Poner un pero después de una frase negativa, realza lo positivo eliminando por completo lo negativo. Luego entonces, poner un pero no está mal todo el tiempo, significa que usted tiene que saberlo utilizar.

Cuando usted quiera poner un pero, como dije anteriormente, le sugiero que lo ponga después de la primera parte de la frase (negativa) para que se resalte lo positivo de ella. Una segunda opción es que reemplace por completo el pero por la y. Aquella letra significa sumar, adjuntar y unir, nunca eliminar.

Mentalmente cuando usted reemplaza el pero por la y, su inconsciente no anulará la primer parte de la frase sino que la mantendrá intacta. Es así como su inconsciente tendrá en cuenta con la misma importancia, las dos intenciones que usted tiene con la frase.

Por ejemplo, si usted va a retroalimentar a un empleado y le dice “no me gustó que hayas llegado tarde y estoy contento con tus resultados en esta empresa”, el cambio va a ser totalmente notable.

Otra sugerencia que le hago es que si le es imposible cambiar el pero por la y, usted puede usar la palabra aunque. Ese término también le dejará a su inconsciente esa sensación de no eliminar totalmente la primera parte de la frase como lo haría un pero.

Al ser el pero una muletilla tan arraigada en su forma de comunicarse con los demás, inconscientemente usted va a seguirla manejando. Lo invito a que la evite por completo y si no logra hacerlo haga uso de la ‘y’ y aunque.

Lo bueno es que después de leer este artículo, usted se dará cuenta en qué momento realmente está poniendo peros que no dañan para nada el contexto y cuando se vuelven una piedra en el zapato durante los procesos de solución.

Va a empezar a ser más consciente de sus peros, lograr mejores resultados haciendo los ajustes pertinentes, siendo propositivo, retroalimentando mejor y agregando cada vez más valor a otros cuando habla.

Ricardo Gómez.

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