jueves, 8 de septiembre de 2011

¡Todos sabemos llegar a la LUNA!

Hoy quiero compartir con usted un relato de Pedro Pablo Sacristán, que encontré en uno de los libros de cuentos de mis sobrinas, y que resume muy bien el mensaje que preparé: 

“Paco, desde que fue un niño, decía que iba a ser astronauta e iría a la luna. Pero por mucho que estudió y trabajó, y por muchas pruebas que presentó, nunca fue elegido. Y así cumplió la edad máxima para aplicar a los exámenes de selección, sin haber llegado a cumplir su sueño.

Muchos se apenaron por él, pensando en todo el tiempo y el esfuerzo que había desperdiciado, e incluso sentían lástima. Y a pesar de todo lo que le decían para que dejara su deseo abandonado, Paco siguió preparándose como si fuera a presentarse de nuevo a las pruebas al mes siguiente.

Así se fue haciendo mayor, y ya era todo un anciano, cuando recibió la noticia de que, para unos experimentos médicos importantísimos, hacía falta un astronauta muy mayor. En todo el mundo, sólo Paco, que ya caminaba apoyándose en un bastón, tenía la preparación suficiente para ir en cohete. 

Cuando ya nadie lo esperaba, se encontró dando paseos espaciales para ayudar a la ciencia. Sus conocimientos y sabiduría durante aquellas misiones sirvieron para eliminar una de las peores enfermedades de las personas: el olvidar la importancia del conocimiento.

Las fotos de aquel astronauta encorvado y con pocos dientes dieron la vuelta al mundo, convirtiéndolo en el mejor ejemplo de que el saber y la preparación nunca sobran, y de que el esfuerzo y la tenacidad siempre tienen recompensa, si se saben usar en el momento justo”.

En un muy buen número de entrenamientos que he realizado como coach, me he encontrado con algunas personas que tienen una actitud distante con el proceso y que argumentan que los temas que se abordan ‘ya los saben’.

En cuanto a este aspecto, considero que todos, sin excepción, en algún momento de nuestras vidas hemos dejado de prestar atención a algo importante porque creemos que ya lo sabemos, sin que esto sea cierto. 

¿Cómo reconocer que realmente sabemos algo? Cuando somos capaces de aplicar el conocimiento y percibir los resultados de dicha ejecución. Si usted no logra resultados contundentes es porque seguramente no actúa con respecto a eso que dice que sabe, y por lo tanto NO lo sabe de verdad.

Si alguien alguna vez le responde de esta manera cuando usted trate de enseñarle algo, le sugiero que no le crea, pues de ser cierto esto, claramente esa persona estaría en un nivel en el cual el ejemplo y la realidad son congruentes con aquello que dice saber, y por lo tanto, las sugerencias que usted hace no serían necesarias.

Los seres humanos, al evitar aprender más y buscar mantenerse en una zona de confort, somos capaces de arriesgar la posibilidad de ser mejores, argumentando que ‘no nos han dicho nada nuevo’ o ‘eso es más de lo mismo’.

Este tipo de frases reflejan una tendencia muy fuerte a quedarse en un estado de total comodidad. Quienes son capaces de entregarse y abrir su mente a un nuevo proceso de aprendizaje, siempre tendrán muchísimas más posibilidades de ser exitosos y de alcanzar lo que han soñado.

Yo le invito entonces a que sea una persona ‘que no sabe nada’ y que es capaz de generar opciones de cambio compulsivamente. Aprenda de todas y cada una de las situaciones que la vida le presente, y apóyese en aquellos que saben a través de la experiencia. Si usted sabe cómo llegar a la Luna, hágalo. No aplace ni un minuto más la oportunidad de ser feliz.

Ricardo Gómez.

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.

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