miércoles, 21 de septiembre de 2011

Aprendiendo a decir que no… y no morir en el intento

Cuando estamos en la búsqueda compulsiva del logro de nuestros resultados, típicamente se dice que ‘hay que aprender a decir que no’. Muchos de nosotros no sabemos en qué momento usarlo para que no se convierta en un freno y, por el contrario, potencialice el logro de nuestros resultados. 

Yo he sido una persona que le ha dado pena decir que no en muchas circunstancias de la vida, porque me he sentido en deuda con alguien, con algo, o porque supuestamente existe un compromiso implícito cuando me piden cualquier cosa.

Parece ser que en nuestra infancia alguien omitió deliberadamente enseñarnos a decir que no. Aunque parece ser un problema generalizado en nuestra cultura, las personas hemos sido educadas para ser buenas y agradar a los demás. Por eso estamos tan dispuestas a sacrificar nuestro tiempo para atender las necesidades ajenas.

¿Por qué nos cuesta decir que no? Son varias las razones: La primera es no tener claro que se quiere a la hora de decir: 'Sí!'. Las otras, son ganancias secundarias como la búsqueda de aprobación, la preocupación por ayudar a los demás a la espera de que éstos hagan lo propio con nosotros en el futuro, el evitar situaciones de confrontación, etc.                  

No saber decir que no supone entrar en un círculo vicioso del cual resulta difícil escapar. Cada vez nos comprometemos a hacer más cosas: en el trabajo, en casa, en nuestro círculo de amistades... y ello nos provoca un grado de estrés innecesario. ¿Podremos mantener todas las promesas que hemos hecho? ¿Hasta cuándo vamos a poder sostener este ritmo?            
En algunas ocasiones, ese ‘no decir que no’ a lo único que nos lleva es al fracaso en el camino de alcanzar nuestras metas, porque nos enfocamos en cosas muy diferentes. Es así como entonces dedicamos esfuerzos a cosas que nos quitan tiempo y que no aportan nada a nuestra integridad.

Tenga en cuenta que ese ‘decir que no’ debe ser absolutamente congruente. Si usted quiere aprender a decirlo, evalúe si eso que le están pidiendo le enriquece lo suficiente como para decir que sí. Ponga sus razones en una balanza y si definitivamente se inclina más hacia dar una respuesta positiva, sabiendo que esto es congruente con lo que usted está pensando y queriendo en su vida para usted, ¡hágalo… y con fuerza!

Por el contrario, si experimenta sensaciones de incomodidad, de ansiedad y de incongruencia, diga que no. No se fije en quién le pide el favor porque si esto es lo único que determina su decisión, lo hará sin disfrute, con rabia  sintiendo que no haber dicho que no, le va a pesar el resto de todo el proceso.

La próxima vez que alguien le pida que olvide sus prioridades, valore el costo que esto tendrá en su tiempo, sus proyectos e intereses personales. No olvide que para conseguir sus objetivos es muy importante decir "no" de forma asertiva, respetando los sentimientos y las opiniones de los demás. Por ejemplo: "Agradezco que me haga esta oferta, pero ahora no puedo asumir más compromisos de los que tengo; en el futuro estaré encantada de poder colaborar con usted".

Ensaye en situaciones de bajo riesgo en las que esté perfectamente convencido de su derecho a decir que "no". Así irá adquiriendo la confianza necesaria para ejercitar este derecho en situaciones más difíciles.

Otra forma de practicar el "no" consiste en anotar todos los compromisos que vamos acumulando en una lista. Llegará un momento en que la lista será tan larga, que usted no tendrá más remedio que decir que no a las nuevas peticiones. 

Quizá no somos conscientes de ello, pero en realidad estamos diciendo "no" a muchas cosas a lo largo del día: si decidimos quedarnos trabajando en la oficina hasta la noche, estamos diciendo "no" a la familia o a nuestro descanso. Detrás de cada elección hay una renuncia, por eso no elija dedicar menos tiempo a aquello que le hace feliz y que le generará éxito.                       
Recuerde que tiene el derecho asertivo a decir "no" y a no sentirse culpable por ello.

Ricardo Gómez.

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que logre lo que quiere.

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