domingo, 22 de mayo de 2011

La retroalimentación

¿Alguna vez pensó que fracasó cuando no obtuvo los resultados que esperaba al primer intento? ¿Llegó a llamarse a sí mismo “bruto” y pensar que no era lo suyo o que no servía para eso? En Programación Neurolingüística hay una premisa que señala que no existen errores sino sólo retroalimentación (feedback).

Retroalimentarse es el mayor poder del que dispone la comunicación probablemente. Todos los seres humanos cometemos errores. Incluso en los oficios más humildes y en las profesiones dotadas de capacidad de iniciativa propia aparece la retroalimentación, la cual no es otra cosa que un proceso en el que se lleva a sí mismo o a otros a detectar qué fueron esas cosas en el cómo que no funcionaron hacia el resultado deseado. 

La retroalimentación tiene un impacto mucho mayor del que usualmente somos conscientes. Nunca buscará juzgar ni dar una orientación negativa, por lo contrario su papel esencial es construir. Enrique Chaux, profesor Asociado en el Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes y Doctor en Educación de la Universidad de Harvard propone en su artículo “Retroalimentar y crecer”, cinco pasos para una retroalimentación constructiva.

Según Chaux, lo primero es iniciar con un comentario positivo y presentar lo negativo como algo que podría ser mejor. “Siempre habrá algo positivo por resaltar, así no sea lo que salte a la vista cuando miramos un trabajo por primera vez”. 

Evaluar el proceso o el producto, nunca a la persona. Además evitar burlas y vergüenzas, las cuales generan frustración y desmotivación logran que la persona tenga claridad sobre lo que debe hacer para mejorar su desempeño sin sentir que su identidad está en riesgo. 

Comúnmente, lo primero que hacen las personas que logran resultados negativos es castigarse por su error. Si no se logra el resultado deseado, éste último es un resultado no deseado. Así, no existe la posibilidad de pensar o sentir frustración o fracaso. 

Tenga en cuenta que la retroalimentación no consiste en decir que estuvo bien o mal. Es buscar todas las posibilidades para garantizar que sí se apliquen los ajustes que el mismo proceso de retroalimentación arrojó. 

Recuerde que cuando no obtenga el resultado deseado, más que considerarlo un fracaso debe considerarlo una opción, pues sabrá que lo que hizo no funciona en dicho contexto específico para obtener su objetivo. Haga un balance, formule preguntas pertinentes las cuales le ayudarán a encontrar que hizo específicamente, agradezca el resultado, las cosas positivas y sus fortalezas, no emita juicios de valor y sobre todo no se autoflagele. 

Ricardo Gómez. 

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.

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