sábado, 14 de mayo de 2011

La razón versus el resultado

Hace algunos años nadie se hubiera imaginado que el hombre más rico del mundo podría ser latinoamericano. Se llama Carlos Slim Helú, tiene más de 92 mil seguidores en Twitter y una fortuna que sobrepasa los 53 mil millones de dólares, según la Revista Forbes.

Las personas exitosas como él han renunciado contundentemente a tener la razón, para generar placer a través de los resultados extraordinarios que logran. Entendió que tener la razón es una ganancia secundaria, esa que nuestro inconsciente obtiene a pesar de no lograr los resultados.

Para Slim “el éxito no es hacer bien o muy bien las cosas y tener el reconocimiento de los demás. No es una opinión exterior, es un estado interior. Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita del amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad”, asegura.

Sus negocios abarcan diferentes sectores productivos como las telecomunicaciones, la construcción, entre otros y se ha vuelto un compulsivo generador de valor en la vida de otros. Bien sea aliándose con la Fundación Bill & Melinda Gates para anunciar públicamente la Iniciativa Salud Mesoamérica 2015 o con Muhammad Yunus, “El banquero de los pobres” y Premio Nobel de Paz 2006, anunciando una alianza estratégica para crear Grameen-Carso, el cual otorgará microcréditos a personas de escasos recursos en México, con un capital inicial de 45 millones de dólares.

Las personas en zonas de pasión como él, están viviendo su día a día compulsivamente en función de lo que quieren, aportando valor a la sociedad y siendo congruentes, es decir, sus acciones, pensamientos, palabras y sensaciones están alineadas 100% con el resultado deseado.

Por otra parte, las personas en zonas de confort prefieren seguir logrando ganancias secundarias. Mientras unos logran TODO lo que quieren, otros se conforman con que les digan: pobrecitos. Actuando de la forma contraria, es decir incongruentemente. Cuando esto sucede, el inconsciente busca obtener la ganancias de la manera como lo ha aprendido, aferrándose a sus creencias limitantes.

Ese tipo de creencias son todos aquellos pensamientos y opiniones muy fuertes que tenemos acerca de algo, las cuales no nos permiten fluir eficazmente hacia la consecución de los resultados. Éstas influyen poderosamente en las personas, de tal forma, que logran opacar el recorrido hacia el resultado extraordinario.

Liberándose de muchas creencias limitantes que tenemos como latinoamericanos y alineado 100% con lo que propone Ken Robinson en su libro “El Elemento”, Carlos Slim considera que la creatividad, la experiencia empresarial, no sólo se aplica en los negocios, sino también en la solución de problemas.

Sus empresas tienen estructuras simples, organizaciones con mínimos niveles jerárquicos, desarrollo humano, flexibilidad y rapidez de las decisiones para operar con las ventajas de la empresa pequeña, que es lo que hace grandes a las empresas y a las personas.

¿Usted quiere seguir teniendo la razón o ir tras la búsqueda de resultados extraordinarios? Recuerde que hoy por hoy, ser extremadamente rico o pobre para Carlos Slim es sólo una opción personal.

Ricardo Gómez.

*Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.

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