“La crítica es la fuerza del impotente”.
Alphonse de Lamartine
Un día vi a dos personas conversando: La primera criticaba fuertemente las
acciones de otros. Decía con vehemencia que no estaba de acuerdo, que le
parecía terrible y que eran ’brutos’, faltos de tacto y otras cosas más. Al
terminar, la otra persona le preguntó: “¿Usted qué critica, si hace exactamente
lo mismo?” y quien criticaba le respondió: “Es que es diferente…”.
Cuántos textos y dichos populares nos advierten sobre la mala costumbre de
criticar a los demás. "El que esté libre de pecado que tire la primera
piedra" o "Se ve antes una paja en el ojo ajeno que una viga en el
propio".
¿Cuántas veces en la vida se ha dado el lujo de criticar lo que le parece
que está mal en otros, sin revisar lo que usted hace porque ‘es diferente’? ¿Cuál es la diferencia? Si bien es cierto que
todos somos diferentes, todos estamos
buscando opciones, lo más importante es ser y estar congruente, para que usted
tenga toda la credibilidad.
¿Qué pasa entonces cuando a usted lo ve lanzando juicios a diestra y
siniestra, destruyendo el valor que otros construyen, y después hace
exactamente lo mismo? Estamos hablando de un acto de incongruencia total. Es
muy fácil echar abajo todo lo que otros hacen, pero es bastante difícil sostenerse
siendo incongruente.
A veces, cuando una persona critica en nuestra presencia a un tercero y nos
vemos identificados con la persona criticada, nos molesta. También pensamos que
esta actitud prepotente del crítico no nos librará de críticas a nosotros con
otras personas. El que critica frecuentemente, va adquiriendo mala imagen.
Dale Carnegie daba el siguiente consejo: "Hable usted de sus propios
errores antes de criticar al prójimo". En la medida en que usted demuestre
congruencia, pueden ocurrir una o varias
de estas situaciones: Será un compulsivo generados de valor, va a respetar como
debe ser la integridad del otro, va a buscar las fortalezas de las acciones de
los demás y va a aprender de ellas, y se va a ocupar de hacer sus cosas lo
mejor posible, diferente a ocuparse de
ver cómo destruye valor en otros.
Piense en la empresa. Los grandes empresarios son generalmente grandes
líderes, personas capaces de motivar a cientos o a miles de personas, de hacer
equipos, de entusiasmarles e ilusionarles con sus objetivos y ganar la dura
batalla de la competencia. No critican, alaban, motivan. Criticar es una
pérdida de tiempo y de dinero. Saben muy bien que la productividad crece con la
motivación.
La verdad es que todos somos responsables de todo. Y cuando algo marcha
mal, ninguno de los que rodea ese mal puede estar seguro de tener limpias sus
manos. ¿Cómo criticar a un país que produce poco, si no empezamos todos por
cumplir con nuestro deber? ¿Regañar a un hijo porque llega tarde a casa no es
un autoengaño cuando no se ha empezado por hacer vividera la convivencia
dentro?
Lógicamente se critica de manera distinta cuando uno se siente
corresponsable de lo que se discute. Y, en rigor, sólo debería criticarse desde
dentro comenzando por la confesión de nuestra propia responsabilidad. El
criticado entenderá mucho mejor su error si empezamos a compartir con él el
nuestro, porque no entenderá la crítica como una agresión hecha desde afuera,
sino como una colaboración practicada desde adentro.
De esta manera lo invito a que deje ese ‘pajazo mental’ de creer que es que
en su situación es diferente. Renuncie ahora mismo a este tipo de procesos para
lograr resultados y recuerde que la congruencia se da cuando usted actúa de
acuerdo con lo que piensa, siente y quiere en la vida.
Ricardo Gómez.
*Si quiere avanzar
más en el tema, escríbanos a ricardo@evolvo.info y cuéntenos cuáles son sus
principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados
extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que logre lo que
quiere.
Para justificarnos incluso tratamos de diferenciar la crítica diciendo que vamos a hacer una crítica constructiva. Realmente crítica es crítica y siempre es destructiva pues buscamos cambiar algo que a nuestro parecer debería hacerse de diferente forma.
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